Fabián Cabaluz
Profesor del Programa de Magister en Educación, UAHC.
Miembro del Colectivo Diatriba
Artículo publicado originalmente como: Cabaluz, F. (2013). Filosofía de la Liberación y
Pedagogías Críticas Latinoamericanas. Entrevista a Enrique Dussel. En
Cuadernos del Pensamiento Latinoamericano,
Nº 21. Centro de Estudios del Pensamiento Latinoamericano (CEPLA). Universidad
de Playa Ancha.
Nos
parece evidente que los procesos de tecnificación pedagógica emanados desde los
discursos hegemónicos, están siendo cada vez más cuestionados desde espacios de
criticidad como las movilizaciones estudiantiles, las emergentes organizaciones
de profesores, algunas aulas universitarias, entre otras. Por lo mismo, desde
quienes entendemos la pedagogía como un campo en disputa relevante para
impulsar transformaciones sociales, nos parece pertinente recoger
planteamientos emanados desde el pensamiento crítico Latinoamericano, con el
objeto de nutrir nuestras reflexiones y debates sobre el campo pedagógico.
Enrique
Dussel, en tanto referente ineludible de la Filosofía de la Liberación, nos
parece un personaje importante para contribuir al debate pedagógico. Desde
nuestra perspectiva, su obra puede aportar al menos en tres dimensiones al
desarrollo de las Pedagogías Críticas Latinoamericanas: En primer lugar, en su
Ética de la Liberación, escrita en la década de los setenta, encontramos un
apartado referido a la ‘Pedagógica
Latinoamericana’, donde pretende, desde una perspectiva filosófica,
complementar la obra de Paulo Freire; en segundo lugar, toda su obra contiene
reflexiones alusivas al proceso de concientización y a la praxis liberadora, lo
que sin lugar a dudas nos remite a problemas pedagógicos; y en tercer lugar, el
universo categorial construido durante toda su producción filosófica (conceptos
como el de Alteridad, Totalidad, Liberación, Eurocentrismo y Dependencia, por
ejemplo) entrega aportes riquísimos para complejizar las discusiones
pedagógicas sobre los actuales sistemas educativos.
Nos
interesa explicitar que la entrevista realizada al filósofo argento-mexicano,
es sólo una pequeña parte del trabajo realizado por un número creciente de
pedagogos que intentamos re-construir
una praxis pedagógica que ha sido silenciada y excluida por el ‘discurso
pedagógico oficial’, y re-crear con y desde las comunidades, los territorios,
las alteridades, procesos de organización y lucha que contribuyan a nuestra dignificación.
La
entrevista que presentamos a continuación, fue realizada en la ciudad de
Mendoza, Argentina, el día 03 de Noviembre del año 2012, unos días antes de la
entrega al filósofo del título de Doctor
Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. Las preguntas
seleccionadas –que fueron estructuradas de manera bastante gruesa con el objeto
de privilegiar la palabra extensa y fluida de Dussel- giraron en torno a cuatro
grandes temas: el carácter pedagógico de la Filosofía de la Liberación, los
aportes categoriales de la filosofía dusseliana a las Pedagogías Críticas
Latinoamericanas, el diálogo realizado con pedagogos como Paulo Freire e Iván
Illich y la crítica al eurocentrismo presente en los currículos nacionales.
En
la entrevista, el filósofo argento-mexicano se refiere a la ‘Pedagógica
Latinoamericana’ y su carácter complementario con respecto a la obra del
pedagogo brasilero Paulo Freire. Se detiene en las categorías de ‘totalidad’ y
‘victimas’ para el análisis de los sistemas pedagógicos hegemónicos. Reflexiona
sobre el problema de la fetichización en la educación y manifiesta una contante
preocupación ético-política por el campo pedagógico. Y finalmente, se refiere a
la condición colonial de nuestros sistemas económicos, tecnológicos, científicos
y por supuesto educativos.
F.C: ¿Por qué la
filosofía de la Liberación se ha definido también como una pedagogía de la
liberación y cuál es la pertinencia que tiene la filosofía de la liberación
para pensar una pedagogía crítica, latinoamericana, transformadora?
E.D:
Yo pienso que la Filosofía de la Liberación es como un meta-lenguaje o también como
un conjunto de meta categorías que después pueden ser subsumidas en diversos
campos, por ejemplo, yo puedo hablar de totalidad, y pensar la totalidad
como funciona en la Política o en la
Erótica o en el problema del género, pero también en la Pedagógica…
También,
yo decía anoche en la conferencia que por ejemplo Hammurabi[1],
en su código político había dicho: “yo he
hecho justicia con la viuda, el huérfano y el pobre”; ahí encuentro tres Otros, porque no es la mujer, es la
viuda; no es el hijo, es el huérfano; no es el igual, sino que es el pobre, y
aún el extranjero. De hecho, estaría muy bien para los europeos y muchos otros,
ver que el código de Hammurabi también tomaba al extranjero como igual, lo cual
es más avanzado que el código napoleónico y el derecho moderno.
Ahora
bien, rápidamente me llamó la atención que esas tres exterioridades o
alteridades, de una manera que yo diría casi arqueológica, me hicieron pensar
que la relación hombre-mujer, la Erótica, el tema del género, es como la primera, somos mamíferos y
sexuados y entonces la vida, no nosotros, la vida, nos ha determinado siendo
varón o mujer y ahí se origina, porque después viene el hijo (la Pedagógica) y
después viene el hermano (la Política), entonces pensé que lo primero que había
que trabajar era una Erótica y el tema del género, pero inmediatamente después
viene el hijo, la hija, la prole, la segunda generación, entonces esa es la
relación que decía Hammurabi, he hecho justicia con el huérfano, que es el hijo
pobre, el hijo sin familia, es la exterioridad. Ahí yo veía toda una
Pedagógica, en la lógica de la Filosofía de la Liberación.
La
Pedagógica es un momento fundamental, y la llamo Pedagógica, para que se
entienda que es como un momento filosófico todavía y no empírico, ni didáctico
de las ciencias de la pedagogía. Entonces es la relación padre-madre,
hijo-hija, pero también es la relación cultura popular-estado, y hay muchos
tipos de relaciones pedagógicas, en el fondo, es el hecho que una generación
debe transmitir a las generaciones siguientes toda su experiencia histórica y
hay que transmitirlo en poco tiempo, para que la nueva generación pueda hacerse
actora, de ahí que hay que mejorar el método de transmisión. Hasta en un clan
nómade, había métodos para que la nueva generación supiera hacer flechas, cazar
animales, poder conseguir raíces y que rápidamente el niño empezara a adquirir
competencias que le permitieran ya sobrevivir. Claro, en la medida que la
cultura era más simple, en menos tiempo yo adquiría todo lo que era necesario,
a medida que empezó la sociedad urbana, los oficios se hicieron diferenciados,
entonces la pedagogía se diferenció y se hizo cada vez más compleja hasta hoy,
donde en pocos años, la nueva generación debe adquirir la experiencia de toda
la humanidad, entonces de todas maneras el tiempo de la pedagogía va
aumentando, al principio eran unos meses en un clan, después son años, ahora se
hace obligatorio casi estar estudiando, las nuevas generaciones, hasta veinte
años, porque hay más cosas que comunicar.
Entonces
la Pedagógica se me apareció como un momento fundamental y entonces me enfrenté
al hecho de construir ese tratado filosófico y como en todas las otras
relaciones, eso necesitaba una metodología epistémica particular. Si voy a
hacer política, necesito ciencias políticas, economía, etc., si voy a hacer
cuestiones de género, me sirve la psicología, el psicoanálisis; pero en
pedagogía se me cruzan los dos, porque hay un problema político en la formación
de la nueva generación, pero también hay un problema erótico en la formación
del hijo y la hija. Entonces Freud sirve, en tanto ve justamente la relación
padre-hijo, hay ahí una entrada psicológica, pero también es la nueva generación,
y es un problema político.
En
la Pedagógica, también ha habido especialistas, siempre los hubo, desde los
chinos, indostánicos, los egipcios y en los griegos hubo tratados filosóficos
de pedagogía. En nuestro tiempo por ejemplo, en la modernidad estaba Rousseau,
que fue trabajado por un argentino que hace un análisis muy interesante de
Rousseau. Pero en nuestra época tenemos a Paulo Freire, que yo le llamo el
Rousseau del siglo XX, entonces me inspiro en ellos y construyo una Pedagógica.
En
la Filosofía de la Liberación son pocas páginas aquellas dedicadas a la
pedagógica, -aunque ahora se hizo un libro que apareció en Bolivia como una
pedagógica mucho más grande con nuevos ensayos-, que es una de las relaciones
prácticas posibles entre padres-hijos, estado-cultura popular, etc. Allí
explico por un lado como se constituye la totalidad pedagógica, como a la
víctima se le obliga a repetir la antigua generación, que lo que Paulo Freire
llama la educación bancaria; y como en cambio, existe una pedagogía de la
liberación que supone respetar al nuevo, al hijo, la hija, al pueblo, como
portador de novedades que exige al maestro cumplir con aquella exigencia semita
que dice: “el maestro debe tener cada
mañana oído de discípulo”, entonces el gran maestro debe saber que la nueva generación porta un nuevo proyecto, que
ya no es de él, y él le va a dar sentido crítico al proyecto de la nueva
generación, pero él debe, justamente, escuchar qué es lo que la nueva
generación aporta de nuevo.
El
gran maestro es primero discípulo, de ahí que los problemas en Chile, que la
juventud se ha levantado y quiere reformas, pero el gobierno conservador los
reprime, manifiesta que es un gobierno
reaccionario, porque no se da cuenta que tiene que preguntar a la juventud que
ustedes tienen de nuevo que yo pueda aprender y al cual yo le voy a agregar
criticidad y factibilidad, es una dialéctica muy especial, y la dialéctica de
la liberación sería un poco el expresar en términos precisos, filosóficos, el
gran método de Paulo Freire. Creo que Paulo Freire sigue siendo vigente y hay
que tomarlo muy en serio, no sólo lo que hizo sino que las intuiciones que
aportó y hay que continuar, entonces eso significa toda una revolución, eso
para empezar.
F.C:
Si tuviésemos que hacer una primera selección de conceptos emanados desde la
Filosofía de la Liberación para pensar una Pedagogía transformadora ¿Qué conceptos
consideraría más relevantes?
E.D:
Yo pienso que la Filosofía de la Liberación tiene un método que he practicado,
y me he dado cuenta que me ha planteado problemas que desconocía, que no sabía
cómo los iba a abordar, pero aplicándole esa lógica, de pronto empezaba yo a
descubrir una cantidad de temas que nunca había pensado, y que me han permitido
la construcción de nuevos conocimientos.
Entonces,
el método significa primero situar el tema dentro de una Totalidad, toda pedagogía es siempre un conjunto de sistemas
pedagógicos, los que a su vez son sistemas culturales. Hay que darse cuenta que
los egipcios tenían un sistema pedagógico ¿Cuál era el mundo egipcio? ¿Cómo
funcionaba? ¿Cuáles eran sus valores? ¿Cuál era su estructura? ¿Cómo enseñaban
a sus hijos? Siempre hay un sistema como totalidad y eso diría Paul Ricoeur,
puedes tomar una vía larga y explicar un sistema muchísimo.
Yo
por ejemplo en la Política, segundo tomo, la arquitectónica, explico todas las
partes de la Política y eso son primero la praxis política, y me encaro con los
grandes autores, luego son el tipo de instituciones, luego los principios, para
finalmente poder explicar qué es la Política como Totalidad. Lo mismo la
Pedagógica como Totalidad, los sistemas pedagógicos vigentes, la Pedagógica en
el Imperio Inca o donde sea. Pero luego viene
una pregunta, que es el momento clave, todo sistema tiene una víctima,
tiene alguien a quien oprime y sin
conciencia. Entonces la pregunta es ¿Cuál es la víctima de un sistema pedagógico?
Si has estudiado Egipto, voy a decir a ver ¿quién fue el que en realidad no era formado,
si no era deformado, para admitir el sistema, y aunque era oprimido,
ocultárselo?
Entonces
la pedagógica no era sólo enseñar lo que una generación sabía, sino también
ocultar las razones de porqué el oprimido es oprimido, entonces era también un
ocultamiento, eso de manera necesaria, porque como no puede haber un sistema
pedagógico perfecto, que sería la premisa mayor, no puede haber una Totalidad
perfecta, porque el ser humano es finito y toda decisión práctica
necesariamente comete errores, porque como no es matemáticas, sino de
complejidad y finita, toda decisión práctica es aproximativa, entonces nadie
puede decir: mi decisión política es perfecta, te voy a educar de manera perfecta, no se puede.
También
logro que no tenga los errores que yo tuve en mi educación y me preocupo tanto
que al fin lo mal educo, que no le permito que él mismo se sepa defender y lo
sobre-protejo, con la mejor intención de formarlo pero al fin este me va a
decir: “papá tú no me diste oportunidades
de hacer mi proyecto porque me cuidabas tanto que me hiciste al fin una persona
que no sabe defenderse”, entonces uno dice: “¡Ah, qué barbaridad!” Y al segundo hijo le voy a dar gran libertad,
voy a hacer que tome decisiones y luego se me va a ir por el caos, y me dirá: “tú papá no me diste categorías” y ¿Qué hago? bueno no sabes, lo que hagas
vas a tener problemas, entonces todo sistema pedagógico tiene víctimas.
Si
yo me sitúo desde la víctima, me doy cuenta que a los sistemas pedagógicos hay
que ir reformándolos continuamente, y el que quiera tomar un sistema y estatuirlo para siempre y hacer que
el otro lo memorice, es lo que Paulo Freire llama sistema bancario. Los
sistemas pedagógicos hay que irlos re-creando, esto significa una visión crítica
a lo existente y una visión crítica a lo que se va abriendo y en eso van a
haber muchos pasos, muchos problemas que plantear. Pero antes de llegar a lo
empírico, al cómo se hace, hay que tener las grandes categorías para poder
reflexionar lo empírico y también hay relaciones que son universales. La
pedagogía no solo significa técnica, significa también compromiso del maestro y
el discípulo, significa amor, significa muchas cosas, que se pueden analizar de
manera abstracta y que eso se llama pedagógica de la liberación y de la cual yo
he indicado algunos aspectos y hay que seguir desarrollando...
F.C:
¿Y si llevamos al campo pedagógico los conceptos de eurocentrismo y
anti-fetichismo, emanados de la Ética de la Liberación?
E.D:
Claro, toda Totalidad si intenta eternizarse se fetichiza siempre. Entonces,
sea Política, Económica o Pedagógica, el fetichismo es lo propio de un sistema,
si uno estudia lo que es fetichismo lo aplica a la pedagogía, entonces el
maestro dice: “¡Yo sé! Ésta es la cultura
nuestra y tú tienes que aprenderla”. Eso es dominación y eso también es
fetichismo porque no hay una identidad sustantiva, sino que se va haciendo,
entonces hay que decirle al discípulo; “tú
eres una nueva generación, por de pronto ve lo que nosotros hicimos desde otra
perspectiva”. Porque nosotros lo construimos pero tú ya lo ves hecho y por
tanto lo ves de otra manera, entonces no te puedo imponer mi visión, tengo que
permitirte que tu re-crees esto, entonces me pongo más bien a tu disposición,
el contenido de lo que te voy a dar ya lo tienes.
Es
como por ejemplo un indígena que llega a la escuela y la maestra le dice: “Usted va hablar castellano, porque su
lengua no sirve”, entonces va a su casa y dice: “Mamá no tenemos que hablar más
nuestra lengua porque la señorita dice”... y el pobre nunca más puede saber
la cultura del Otro, y lo que va a recibir es un diploma de ignorancia, porque
va estar convencido de que no sabe. Es distinto si una maestro o maestra recibe
al indígena y le dice: “Hola, buenos días
joven”, y el Otro habla mal castellano, “¿Tú
hablas tu lengua?. Sí. Vaya eres sabio, sabes dos, yo sé una, sabes más que
yo... ¿y donde la aprendiste? De mi mamá. Vaya tu mamá es sabia y tú ya eres
sabio, más que yo... yo te voy a ayudar a pensar desde tu lengua, tu propia
cultura y luego ya veremos”. Entra en diálogo, entonces ese niño va a su casa
y le dice a su mamá: “Mamá me dice la
señorita que tú eres sabia porque tú hablas esta lengua, que ella no habla”.
Que distinto ¿no?, el niño estaría contento y de pronto la señorita dijo que lo
que le va a hacer es que va a reflexionar la cultura que tiene, eso es
pedagogía de la liberación, y ese niño va a empezar a ver las cosas distintas y
va a ser un sabio desde que empieza, y el colegio le va a servir para
desarrollarse y no para recibir un certificado de ignorancia de una cultura que
no pudo saber. Eso pasa con un indígena, pero lo mismo pasa con un obrero,
porque no tiene todos los elementos culturales.
Entonces
el respeto al Otro y la nueva generación es un punto de partida para una
pedagogía que libera las capacidades que tiene alguien de tener un nuevo
proyecto de existencia, y eso es una actitud creativa, que es lo que hay
enseñar filosóficamente y éticamente, luego lo
demás son instrumentos empíricos de cómo puedo enseñar mejor. Yo siempre
he dicho que en filosofía no me hablen mucho de pedagogía. En México, en mi Universidad,
al fin de cada curso en algún momento hacemos evaluaciones de los maestros, le
dan una cosa y los alumnos responden, si sabe mucho, si sabe poco, si es
puntual, si necesita un curso de pedagogía, etc., y en mis clases casi el 1% o
menos dice, necesita un curso de pedagogía, pero ¿es por qué yo he estudiado
tanto la pedagogía? No, sino que yo creo que lo principal para el maestro es
amar a los discípulos y darle todo lo que uno tiene y preocuparse. A veces
tengo 100% de excelente, eso en la materia. La filosofía es intrínsecamente
pedagógica, pero también pasa eso también en las otras materias. La pedagogía
debe, como técnica-empírica, agregar algunos medios, pero hay que enseñar mucho
la ética de la pedagogía, este amor al Otro como Otro, que significa el amor a
la nueva generación como nueva.
Y
el discípulo ve inmediatamente al maestro que le tiene respeto y debo decir
que, personalmente, lo que me encanta
son los más díscolos, con los pelos parados, pintados de verde, que iban a
clases para decir yo soy el crítico, entonces me gusta eso. Entonces yo digo “¿Por qué te pintas? Bueno, porque no quiero
ser como los otros”. Entonces lo felicito. Es la primera vez que alguien lo
aprueba. A la tercera clase es mi mejor amigo, entonces el hombre empieza a
entrar y hasta se deja de pintar el pelo, porque se da cuenta que no es el pelo
el problema, sino que ser crítico, y se encuentra con un maestro que es más crítico
que él. Entonces dice: “¡Ah tengo que
ponerme a ser crítico y no lo era si no en cosas superficiales!”.
Eso
es lo que está pasando en Chile, la juventud dice queremos ser distinta,
queremos que nos ayuden y el gobierno conservador quiere que cumpla el orden, la
ley, lo antiguo y que tenga una educación bancaria. Esta bueno el conflicto que
tienen y los jóvenes ya, la nueva generación en todo el mundo, empieza a ser un
momento de contradicción porque tienen información desde chiquito. Yo el otro
día veía un chiquito que tomaba el celular de su papá y ya lo empezaba a chupar
y enseguida empieza a meter los deditos y ve que hay luces. Yo recién a los 45
años empecé a entrar a la computadora, ellos nacieron con eso, tiene una
relación completamente distinta, entonces hay que aprovechar.
Eso
es la ética, y no hay mucha ética de la pedagogía a veces, y la ética de la liberación es una ética
pedagógica, ahora la filosofía como tal, es una pedagogía de lo crítico, por
eso yo digo que la filosofía es una pedagógica a la vez. Pues si la filosofía es
propiamente una pedagógica, el filósofo es un maestro ¿De qué? De pensamiento
crítico, y la materia es lo que la gente es, y se le agrega criticidad, no se
enseña contenido, sino, modo de trabajar los contenidos. Si las categorías
permiten formalmente descubrir el modo de trabajar lo que ya tengo puesto, que
es mi cultura, mi lengua, mi conocimiento.
Ahora
en las técnicas, en la química, en la física, hay que tener muchísimo
conocimiento para estar al nivel de la técnica y la ciencia en este momento
histórico, pero de todas maneras, el gran matemático, el gran físico, sabe cómo
entusiasmar al discípulo para que éste cree nuevo conocimiento y no repita lo
que ya sabe, pero eso lo tiene que hacer el que está inventando, no el que está
enseñando sólo.
F.C:
¿A su parecer ha habido diálogo entre la Filosofía de la Liberación y las
Pedagogías Latinoamericanas? ¿Se podría referir particularmente al diálogo que
tuvo usted con Paulo Freire o Iván Illich?
E.D:
No conocí personalmente a Paulo Freire y se murió cuando pensábamos hacer un seminario
juntos, pero él cada vez me fue apreciando más y me citaba bastante en
conversaciones y todo. Lo que yo me di cuenta de inmediato cuando estaba
todavía aquí de profesor, que Paulo Freire tenia manejo de algunos filósofos,
de Sartre, un poquito de Marx, no demasiado, pero una práctica pedagógica,
entonces lo que a mí me interesó fue aclarar sus supuestos filosóficos, y lo
que yo hice fue mostrar las meta-categorías que él estaba usando, lo mío es muy
complementario y él lo entendió así.
El
equipo que está ahora con su herencia y su trabajo, son a veces, como diría yo,
muy celosos de la obra de Paulo Freire, no quieren compartir con otros autoría,
me tienen más apartado. Pero la señora
de Paulo Freire, que tiene conflictos, hace poco presentó un libro en México y
me invitó para estar en la presentación, porque ella sabe que Paulo cada vez me
apreciaba más puesto que estábamos en lo mismo. Mi pedagógica es la de Freire
pensada filosóficamente, nada más.
Y
de Illich igual, ya el año 1968 estando aquí, yo fui a Cuernavaca porque
publiqué los 8 tomos de mi tesis de historia en CIDOC[2],
que era el centro de estudios de Illich en Cuernavaca, México. Él tenía una
hermosa producción, entonces publicó 500 ejemplares de mi tesis, y son 2200 páginas que es todo el material
que yo tenía, del cual yo presenté 3 capitulitos de mi tesis, de historia, pero
él me publicó todo. Entonces yo iba a CIDOC y él me propició muchos cursos que yo di. Ciertamente
Illich es un gran creador y ese artículo famoso que yo leí en la revista Esprit en Francia, antes de venirme, que
se llamaba “La escuela esa vieja y gorda
vaca sagrada”, es un texto tremendo. Illich era una especie de anarquista
que no le interesaba el sistema completo, sino los subsistemas, y debo decir
que el marxismo tampoco le agradaba a Illich, pero tenía una visión ecológica
de la medicina, de la pedagogía como subsistema, extraordinario. Él sabía
mostrar como los subsistemas también se fetichizan, entonces la medicina,
también hablamos de bioética, también se fetichiza y explota la enfermedad, en vez
de sanar está enfermando a la gente, entonces la escuela en vez de educar, está
destruyendo la posibilidad de la educación.
Él
decía que la escuela era muy cara y podía ser mucho más barata y por eso la
escuela “esa vaca sagrada”, pues en la India no se matan las vacas, entonces
tampoco se puede matar la escuela, pero él decía, se puede guiar la cosa de
otra manera. También hablaba de los medios de comunicación y decía, después del
burro, todos los medios de comunicación han sido inútiles, porque ya empiezan a
tener distancias irracionales. Si mi trabajo está a 200 metros está bien, si
está de 2 kilómetros, el burro me lleva, pero si está más lejos, claro,
necesito otro tipo de transporte mayor, ya no he racionalizado la distancia del
trabajo y donde vivo, y habría que pensar en acercar el trabajo a donde uno
vive, entonces no serían necesarios tantos medios de comunicación que son tan
anti-ecológicos y todo, también tiene cosas muy buenas y yo me he inspirado en
él.
Por
otro lado, he partido de la experiencia de Fals Borda[3]
y de las cien mil comunidades de base en Brasil. Éstas últimas representan una
revolución pedagógica, porque gente muy simple de pueblo, niños de 12 años,
abuelitas que nunca han hablado, y que reuniéndose 20 personas no se animarían
a abrir la boca, en las comunidades de base cristianas, tenían que hablar: “Bueno
doña María ¿Qué piensa usted? Bueno yo creo tal cosa”, ¡Ah, está bien!
Entonces Pablo y Richard, dicen que alguna vez en la comunidad de base María habló
y se puso a llorar. “¿Qué le pasa doña
María, por qué llora? Porque es la primera vez en mi vida que he hablado en
público y me han dicho que está bien”. ¡Se puso a llorar! Luego había que
decir, por favor, vamos a bajar el tiempo, porque ya se entusiasmaba.
Eso
que te señaló el Partido Comunista nunca lo había hecho, porque no había
llegado a la base-base, era la base obrera, pero no la base popular. Entonces,
una vez que la comunidad toma la palabra, pues ya no se la quitan, eso es
pedagógico y esa es la pedagogía de Paulo Freire. Por eso surgió en el nordeste
y es muy bonita, no sé si tú sabes la anécdota del abogado Paulo Freire: Él
estudió abogacía, entonces jovencito tuvo trabajo en una compañía, entonces la
compañía exigía el pago de créditos. Como abogado, primer caso, llegó un
matrimonio y le dijo: “Tenemos que pagar
las cosas pero no tenemos trabajo”, entonces Paulo Freire dice: “Bueno, usted tiene razón, le voy a dar toda
la manera de hacer más largo este juicio, para que usted pueda hacer cosas, y
voy a darle todas las consignas para que pueda hacerse más largo el juicio”.
Entonces Freire, fue y le dijo al jefe de la empresa: “¡Yo no puedo trabajar aquí!”. Así que en su primer caso no pudo
ser abogado y se decidió por la pedagogía. Fracasó en el primer caso, porque era
un hombre consciente, y se dio cuenta que era injusto hacer lo que le iban a obligar
a hacer.
Eso
es Paulo Freire, no estudió pedagogía, era abogado y fue por la experiencia en
el nordeste en que empezó. Pero eran las comunidades agrícolas que empezaron a
luchar para tener un lugar donde enterrar sus muertos, un cementerio. Eso fue
el principio de la lucha y después se fue sumando conciencia y se transformaron
en las grandes organizaciones campesinas del nordeste, 40 millones de personas,
de campesinos que no tienen tierras y son los más pobres de todo Brasil. Ahí estaba Paulo Freire, fue una experiencia
pedagógica a partir de comunidades que aprendieron a hablar y pensar desde el
sufrimiento, es la pedagogía de la liberación. Él mismo, expulsado de Brasil
fue a Chile y en el 68 escribió la Pedagogía del Oprimido, que no le llamó de
la liberación, si no que del oprimido, era como una etapa anterior al tema de
la liberación.
En
ese momento también Salazar Bondy en Perú, escribió una antropología de la
dominación, el aspecto negativo, y justamente leyendo esas cosas aquí en
Mendoza, digo si es posible una filosofía positiva y creadora, ya no es sólo
viendo la opresión, hay que pensar en cómo salir de la opresión, entonces le
llamé Ética de la Liberación, es el tema de la liberación. Por eso creo que
Paulo Freire más que un pedagogo que analiza la dominación elaboró un método de
liberación.
F.C:
Para finalizar ¿Podría puntualizar en un par de elementos críticos emanados desde
la Filosofía de la Liberación, con respecto a las pedagogías o sistemas pedagógicos
hegemónicos?
E.D:
El método de la Filosofía de la Liberación permite decir, sobre todo a las
propuestas pedagógicas que vienen a veces de la UNESCO o de la Organización de
los Estados Americanos, -que están dirigidos a reformar las universidades, para
articularlas con la empresa y el mercado, y para darle importancia a los
estudios técnicos y no humanísticos, porque son críticos e inútiles-, que son
pedagogías de la dominación, ya que fetichizan el sistema y lo único que hacen
es formar operadores. En la máquina hay que saber dónde se aprieta el botón,
pero no se les da la capacidad de hacer un acto distinto. Eso es lo que nos
viene desde arriba. EE.UU. y los organismos del Banco Mundial, ponen dinero para
hacer más eficaz el sistema, entonces en la Universidad forman técnicos, que
conozcan las fórmulas, pero no que creen nuevos modelos, sino que cumplan con
lo que se está haciendo.
Yo
trabajé en una escuela de diseño industrial y me di cuenta que en América Latina
no hay inventores casi, porque si hacen un invento va al archivo de patentes y
nadie los realiza. Lo que hacen las empresas es comprar los royalties de los
países ya eficaces y los reproducen, no hay creación técnica, lo único que hay
es instrucción para manejar eso, y eso es dominación. Esa es la pedagogía que
nos imponen, es la pedagogía de la dominación colonial.
F.C:¿Y
qué podría plantearnos sobre la necesaria descolonización del currículum?
ED:
Lo eurocéntrico hace que las humanidades sean vistas desde la visión Europea y
Norteamericana. Cuando recibí el emérito de mi Universidad les dije: Mire,
Mario Bunge que es un filósofo, dice “la
ciencia inventa, la tecnología se aplica y luego la tecnología se aplica a la
economía”. Eso es mentira, eso no es así, es justo a la inversa. Es la
economía, en la competencia que necesita mejor tecnología para bajar el valor
del producto y competir, es el capital productivo el que paga las nuevas
tecnologías para poder aplicarlas. Entonces, los tecnólogos reciben pedidos y
luego la ciencia lo que hace es sacar las teorías de esa práctica, es de la
astronomía moderna que surge Newton, pero eso surge del comercio naviero que
necesitaba dominar la astronomía y eso surge del comercio, el comercio hace las
tecnologías de los barco, y de ahí sale la física moderna. No es que la física
moderna se aplique a la tecnología, es la tecnología, la producción, es al
revés.
Entonces,
nosotros a nivel productivo compramos el royalty de la técnica, por ende la
ciencia que hacemos está en el aire y los grandes científicos que formamos se
van a EE.UU. o enseñan ciencia pero que no se aplica, y en la facultad de
ingeniería se enseña a usar la técnica, pero no a inventar, porque no hay
ningún empresario que le pague a un técnico para que invente una nueva máquina.
Entonces, todos somos coloniales a los tres niveles: económico, tecnológico y
científico. Se gasta el dinero inútilmente en la ciencia, no sirve para nada,
creemos que teniendo más doctores nos vamos a desarrollar, tenemos que tener
producción, tecnología y ciencia, pero como no tenemos lo primero, todo lo
demás es falso.
Te
cuento que mi hermano es un físico matemático muy importante, está en los
comités del Conicet, en todos lados y forma grandes físicos, los pocos que
absorbe la universidad son los que quedan, y todo los demás se van a EE.UU., a
Alemania, a todas partes, tienen muy buena formación, son argentinos, pero no
se pudieron quedar en el país, porque no tenemos tecnología, no tenemos
producción. ¿Ves? Es una pedagogía instrumental forma técnicos para un mundo otro, entonces somos coloniales,
epistemológica y tecnológicamente, cómo me gustaría romper eso, con mínimo
nacionalismo que para la producción nuestra vamos a incentivar la tecnología
nuestra y para resolver los problemas distintos que tenemos, y ahí sí poner el
dinero. El que hizo eso fue Corea del Norte, y tenía una dictadura, y dijo
vamos a desarrollar 5 o 6 líneas de la tecnología: electrónica, automóviles,
etc., y pusieron dinero y técnicos y desarrollaron, y cuando tenían bien desarrollado
abrieron las fronteras al mercado y por eso han resistido. Tienen buenos autos,
buena tecnología, buena electrónica y compiten. Ellos han tenido una política industrial y entonces
tecnológica, entonces científica, entonces si a la ciencia se le puedes dar
sentido crítico, a la pedagogía también. Ahora bien, eso no es lo que nos
imponen los grandes organismos y tampoco nos dan dinero para eso.
[1] El autor se refiere a la
conferencia “La filosofía política actual en América Latina”, dictada el 02 de
Noviembre del año 2012 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Cuyo, Mendoza, Argentina. http://www.youtube.com/watch?v=cBKIyXUmEbk
[3] Dussel se
refiere a la obra del colombiano Orlando Fals Borda, fundador de la Sociología
de la Liberación y de la Investigación Acción Participativa.