lunes, 14 de abril de 2014

Filosofía de la Liberación y Pedagogías Críticas Latinoamericanas. Entrevista a Enrique Dussel


Fabián Cabaluz
Profesor del Programa de Magister en Educación, UAHC.
Miembro del Colectivo Diatriba

Artículo publicado originalmente como: Cabaluz, F. (2013). Filosofía de la Liberación y Pedagogías Críticas Latinoamericanas. Entrevista a Enrique Dussel.  En Cuadernos del Pensamiento Latinoamericano, Nº 21. Centro de Estudios del Pensamiento Latinoamericano (CEPLA). Universidad de Playa Ancha.  

Nos parece evidente que los procesos de tecnificación pedagógica emanados desde los discursos hegemónicos, están siendo cada vez más cuestionados desde espacios de criticidad como las movilizaciones estudiantiles, las emergentes organizaciones de profesores, algunas aulas universitarias, entre otras. Por lo mismo, desde quienes entendemos la pedagogía como un campo en disputa relevante para impulsar transformaciones sociales, nos parece pertinente recoger planteamientos emanados desde el pensamiento crítico Latinoamericano, con el objeto de nutrir nuestras reflexiones y debates sobre el campo pedagógico.


Enrique Dussel, en tanto referente ineludible de la Filosofía de la Liberación, nos parece un personaje importante para contribuir al debate pedagógico. Desde nuestra perspectiva, su obra puede aportar al menos en tres dimensiones al desarrollo de las Pedagogías Críticas Latinoamericanas: En primer lugar, en su Ética de la Liberación, escrita en la década de los setenta, encontramos un apartado referido a la ‘Pedagógica Latinoamericana’, donde pretende, desde una perspectiva filosófica, complementar la obra de Paulo Freire; en segundo lugar, toda su obra contiene reflexiones alusivas al proceso de concientización y a la praxis liberadora, lo que sin lugar a dudas nos remite a problemas pedagógicos; y en tercer lugar, el universo categorial construido durante toda su producción filosófica (conceptos como el de Alteridad, Totalidad, Liberación, Eurocentrismo y Dependencia, por ejemplo) entrega aportes riquísimos para complejizar las discusiones pedagógicas sobre los actuales sistemas educativos.

Nos interesa explicitar que la entrevista realizada al filósofo argento-mexicano, es sólo una pequeña parte del trabajo realizado por un número creciente de pedagogos  que intentamos re-construir una praxis pedagógica que ha sido silenciada y excluida por el ‘discurso pedagógico oficial’, y re-crear con y desde las comunidades, los territorios, las alteridades, procesos de organización y lucha que contribuyan a nuestra dignificación.


La entrevista que presentamos a continuación, fue realizada en la ciudad de Mendoza, Argentina, el día 03 de Noviembre del año 2012, unos días antes de la entrega al filósofo del título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. Las preguntas seleccionadas –que fueron estructuradas de manera bastante gruesa con el objeto de privilegiar la palabra extensa y fluida de Dussel- giraron en torno a cuatro grandes temas: el carácter pedagógico de la Filosofía de la Liberación, los aportes categoriales de la filosofía dusseliana a las Pedagogías Críticas Latinoamericanas, el diálogo realizado con pedagogos como Paulo Freire e Iván Illich y la crítica al eurocentrismo presente en los currículos nacionales.

En la entrevista, el filósofo argento-mexicano se refiere a la ‘Pedagógica Latinoamericana’ y su carácter complementario con respecto a la obra del pedagogo brasilero Paulo Freire. Se detiene en las categorías de ‘totalidad’ y ‘victimas’ para el análisis de los sistemas pedagógicos hegemónicos. Reflexiona sobre el problema de la fetichización en la educación y manifiesta una contante preocupación ético-política por el campo pedagógico. Y finalmente, se refiere a la condición colonial de nuestros sistemas económicos, tecnológicos, científicos y por supuesto educativos. 


F.C: ¿Por qué la filosofía de la Liberación se ha definido también como una pedagogía de la liberación y cuál es la pertinencia que tiene la filosofía de la liberación para pensar una pedagogía crítica, latinoamericana, transformadora?

E.D: Yo pienso que la Filosofía de la Liberación es como un meta-lenguaje o también como un conjunto de meta categorías que después pueden ser subsumidas en diversos campos, por ejemplo, yo puedo hablar de totalidad, y pensar la totalidad como  funciona en la Política o en la Erótica o en el problema del género, pero también en la Pedagógica…

También, yo decía anoche en la conferencia que por ejemplo Hammurabi[1], en su código político había dicho: “yo he hecho justicia con la viuda, el huérfano y el pobre”; ahí encuentro tres Otros, porque no es la mujer, es la viuda; no es el hijo, es el huérfano; no es el igual, sino que es el pobre, y aún el extranjero. De hecho, estaría muy bien para los europeos y muchos otros, ver que el código de Hammurabi también tomaba al extranjero como igual, lo cual es más avanzado que el código napoleónico y el derecho moderno.

Ahora bien, rápidamente me llamó la atención que esas tres exterioridades o alteridades, de una manera que yo diría casi arqueológica, me hicieron pensar que la relación hombre-mujer, la Erótica, el tema del  género, es como la primera, somos mamíferos y sexuados y entonces la vida, no nosotros, la vida, nos ha determinado siendo varón o mujer y ahí se origina, porque después viene el hijo (la Pedagógica) y después viene el hermano (la Política), entonces pensé que lo primero que había que trabajar era una Erótica y el tema del género, pero inmediatamente después viene el hijo, la hija, la prole, la segunda generación, entonces esa es la relación que decía Hammurabi, he hecho justicia con el huérfano, que es el hijo pobre, el hijo sin familia, es la exterioridad. Ahí yo veía toda una Pedagógica, en la lógica de la Filosofía de la Liberación.


La Pedagógica es un momento fundamental, y la llamo Pedagógica, para que se entienda que es como un momento filosófico todavía y no empírico, ni didáctico de las ciencias de la pedagogía. Entonces es la relación padre-madre, hijo-hija, pero también es la relación cultura popular-estado, y hay muchos tipos de relaciones pedagógicas, en el fondo, es el hecho que una generación debe transmitir a las generaciones siguientes toda su experiencia histórica y hay que transmitirlo en poco tiempo, para que la nueva generación pueda hacerse actora, de ahí que hay que mejorar el método de transmisión. Hasta en un clan nómade, había métodos para que la nueva generación supiera hacer flechas, cazar animales, poder conseguir raíces y que rápidamente el niño empezara a adquirir competencias que le permitieran ya sobrevivir. Claro, en la medida que la cultura era más simple, en menos tiempo yo adquiría todo lo que era necesario, a medida que empezó la sociedad urbana, los oficios se hicieron diferenciados, entonces la pedagogía se diferenció y se hizo cada vez más compleja hasta hoy, donde en pocos años, la nueva generación debe adquirir la experiencia de toda la humanidad, entonces de todas maneras el tiempo de la pedagogía va aumentando, al principio eran unos meses en un clan, después son años, ahora se hace obligatorio casi estar estudiando, las nuevas generaciones, hasta veinte años, porque hay más cosas que comunicar.

Entonces la Pedagógica se me apareció como un momento fundamental y entonces me enfrenté al hecho de construir ese tratado filosófico y como en todas las otras relaciones, eso necesitaba una metodología epistémica particular. Si voy a hacer política, necesito ciencias políticas, economía, etc., si voy a hacer cuestiones de género, me sirve la psicología, el psicoanálisis; pero en pedagogía se me cruzan los dos, porque hay un problema político en la formación de la nueva generación, pero también hay un problema erótico en la formación del hijo y la hija. Entonces Freud sirve, en tanto ve justamente la relación padre-hijo, hay ahí una entrada psicológica, pero también es la nueva generación, y es un problema político.

En la Pedagógica, también ha habido especialistas, siempre los hubo, desde los chinos, indostánicos, los egipcios y en los griegos hubo tratados filosóficos de pedagogía. En nuestro tiempo por ejemplo, en la modernidad estaba Rousseau, que fue trabajado por un argentino que hace un análisis muy interesante de Rousseau. Pero en nuestra época tenemos a Paulo Freire, que yo le llamo el Rousseau del siglo XX, entonces me inspiro en ellos y construyo una Pedagógica.


En la Filosofía de la Liberación son pocas páginas aquellas dedicadas a la pedagógica, -aunque ahora se hizo un libro que apareció en Bolivia como una pedagógica mucho más grande con nuevos ensayos-, que es una de las relaciones prácticas posibles entre padres-hijos, estado-cultura popular, etc. Allí explico por un lado como se constituye la totalidad pedagógica, como a la víctima se le obliga a repetir la antigua generación, que lo que Paulo Freire llama la educación bancaria; y como en cambio, existe una pedagogía de la liberación que supone respetar al nuevo, al hijo, la hija, al pueblo, como portador de novedades que exige al maestro cumplir con aquella exigencia semita que dice: “el maestro debe tener cada mañana oído de discípulo”, entonces el gran maestro debe saber que la  nueva generación porta un nuevo proyecto, que ya no es de él, y él le va a dar sentido crítico al proyecto de la nueva generación, pero él debe, justamente, escuchar qué es lo que la nueva generación aporta de nuevo.

El gran maestro es primero discípulo, de ahí que los problemas en Chile, que la juventud se ha levantado y quiere reformas, pero el gobierno conservador los reprime, manifiesta  que es un gobierno reaccionario, porque no se da cuenta que tiene que preguntar a la juventud que ustedes tienen de nuevo que yo pueda aprender y al cual yo le voy a agregar criticidad y factibilidad, es una dialéctica muy especial, y la dialéctica de la liberación sería un poco el expresar en términos precisos, filosóficos, el gran método de Paulo Freire. Creo que Paulo Freire sigue siendo vigente y hay que tomarlo muy en serio, no sólo lo que hizo sino que las intuiciones que aportó y hay que continuar, entonces eso significa toda una revolución, eso para empezar.


F.C: Si tuviésemos que hacer una primera selección de conceptos emanados desde la Filosofía de la Liberación para pensar una Pedagogía transformadora ¿Qué conceptos consideraría más relevantes?

E.D: Yo pienso que la Filosofía de la Liberación tiene un método que he practicado, y me he dado cuenta que me ha planteado problemas que desconocía, que no sabía cómo los iba a abordar, pero aplicándole esa lógica, de pronto empezaba yo a descubrir una cantidad de temas que nunca había pensado, y que me han permitido la construcción de nuevos conocimientos.

Entonces, el método significa primero situar el tema dentro de una Totalidad, toda pedagogía es siempre un conjunto de sistemas pedagógicos, los que a su vez son sistemas culturales. Hay que darse cuenta que los egipcios tenían un sistema pedagógico ¿Cuál era el mundo egipcio? ¿Cómo funcionaba? ¿Cuáles eran sus valores? ¿Cuál era su estructura? ¿Cómo enseñaban a sus hijos? Siempre hay un sistema como totalidad y eso diría Paul Ricoeur, puedes tomar una vía larga y explicar un sistema muchísimo.

Yo por ejemplo en la Política, segundo tomo, la arquitectónica, explico todas las partes de la Política y eso son primero la praxis política, y me encaro con los grandes autores, luego son el tipo de instituciones, luego los principios, para finalmente poder explicar qué es la Política como Totalidad. Lo mismo la Pedagógica como Totalidad, los sistemas pedagógicos vigentes, la Pedagógica en el Imperio Inca o donde sea. Pero luego viene  una pregunta, que es el momento clave, todo sistema tiene una víctima, tiene alguien a quien  oprime y sin conciencia. Entonces la pregunta es ¿Cuál es la víctima de un sistema pedagógico? Si has estudiado Egipto, voy a decir a ver  ¿quién fue el que en realidad no era formado, si no era deformado, para admitir el sistema, y aunque era oprimido, ocultárselo?

Entonces la pedagógica no era sólo enseñar lo que una generación sabía, sino también ocultar las razones de porqué el oprimido es oprimido, entonces era también un ocultamiento, eso de manera necesaria, porque como no puede haber un sistema pedagógico perfecto, que sería la premisa mayor, no puede haber una Totalidad perfecta, porque el ser humano es finito y toda decisión práctica necesariamente comete errores, porque como no es matemáticas, sino de complejidad y finita, toda decisión práctica es aproximativa, entonces nadie puede decir: mi decisión política es perfecta, te voy  a educar de manera perfecta, no se puede.


También logro que no tenga los errores que yo tuve en mi educación y me preocupo tanto que al fin lo mal educo, que no le permito que él mismo se sepa defender y lo sobre-protejo, con la mejor intención de formarlo pero al fin este me va a decir: “papá tú no me diste oportunidades de hacer mi proyecto porque me cuidabas tanto que me hiciste al fin una persona que no sabe defenderse”, entonces uno dice: “¡Ah, qué barbaridad!” Y al segundo hijo le voy a dar gran libertad, voy a hacer que tome decisiones y luego se me va a ir por el caos, y me dirá: “tú papá no me diste categorías” y ¿Qué hago? bueno no sabes, lo que hagas vas a tener problemas, entonces todo sistema pedagógico tiene víctimas.

Si yo me sitúo desde la víctima, me doy cuenta que a los sistemas pedagógicos hay que ir reformándolos continuamente, y el que quiera tomar un  sistema y estatuirlo para siempre y hacer que el otro lo memorice, es lo que Paulo Freire llama sistema bancario. Los sistemas pedagógicos hay que irlos re-creando, esto significa una visión crítica a lo existente y una visión crítica a lo que se va abriendo y en eso van a haber muchos pasos, muchos problemas que plantear. Pero antes de llegar a lo empírico, al cómo se hace, hay que tener las grandes categorías para poder reflexionar lo empírico y también hay relaciones que son universales. La pedagogía no solo significa técnica, significa también compromiso del maestro y el discípulo, significa amor, significa muchas cosas, que se pueden analizar de manera abstracta y que eso se llama pedagógica de la liberación y de la cual yo he indicado algunos aspectos y hay que seguir desarrollando...

F.C: ¿Y si llevamos al campo pedagógico los conceptos de eurocentrismo y anti-fetichismo, emanados de la Ética de la Liberación?

E.D: Claro, toda Totalidad si intenta eternizarse se fetichiza siempre. Entonces, sea Política, Económica o Pedagógica, el fetichismo es lo propio de un sistema, si uno estudia lo que es fetichismo lo aplica a la pedagogía, entonces el maestro dice: “¡Yo sé! Ésta es la cultura nuestra y tú tienes que aprenderla”. Eso es dominación y eso también es fetichismo porque no hay una identidad sustantiva, sino que se va haciendo, entonces hay que decirle al discípulo; “tú eres una nueva generación, por de pronto ve lo que nosotros hicimos desde otra perspectiva”. Porque nosotros lo construimos pero tú ya lo ves hecho y por tanto lo ves de otra manera, entonces no te puedo imponer mi visión, tengo que permitirte que tu re-crees esto, entonces me pongo más bien a tu disposición, el contenido de lo que te voy a dar ya lo tienes. 


Es como por ejemplo un indígena que llega a la escuela y la maestra le dice: “Usted va hablar castellano, porque su lengua no sirve”, entonces va a su casa y dice: “Mamá  no tenemos que hablar más nuestra lengua porque la señorita dice”... y el pobre nunca más puede saber la cultura del Otro, y lo que va a recibir es un diploma de ignorancia, porque va estar convencido de que no sabe. Es distinto si una maestro o maestra recibe al indígena y le dice: “Hola, buenos días joven”, y el Otro habla mal castellano, “¿Tú hablas tu lengua?. Sí. Vaya eres sabio, sabes dos, yo sé una, sabes más que yo... ¿y donde la aprendiste? De mi mamá. Vaya tu mamá es sabia y tú ya eres sabio, más que yo... yo te voy a ayudar a pensar desde tu lengua, tu propia cultura y luego ya veremos”. Entra en diálogo, entonces ese niño va a su casa y le dice a su mamá: “Mamá me dice la señorita que tú eres sabia porque tú hablas esta lengua, que ella no habla”. Que distinto ¿no?, el niño estaría contento y de pronto la señorita dijo que lo que le va a hacer es que va a reflexionar la cultura que tiene, eso es pedagogía de la liberación, y ese niño va a empezar a ver las cosas distintas y va a ser un sabio desde que empieza, y el colegio le va a servir para desarrollarse y no para recibir un certificado de ignorancia de una cultura que no pudo saber. Eso pasa con un indígena, pero lo mismo pasa con un obrero, porque no tiene todos los elementos culturales.

Entonces el respeto al Otro y la nueva generación es un punto de partida para una pedagogía que libera las capacidades que tiene alguien de tener un nuevo proyecto de existencia, y eso es una actitud creativa, que es lo que hay enseñar filosóficamente y éticamente, luego lo  demás son instrumentos empíricos de cómo puedo enseñar mejor. Yo siempre he dicho que en filosofía no me hablen mucho de pedagogía. En México, en mi Universidad, al fin de cada curso en algún momento hacemos evaluaciones de los maestros, le dan una cosa y los alumnos responden, si sabe mucho, si sabe poco, si es puntual, si necesita un curso de pedagogía, etc., y en mis clases casi el 1% o menos dice, necesita un curso de pedagogía, pero ¿es por qué yo he estudiado tanto la pedagogía? No, sino que yo creo que lo principal para el maestro es amar a los discípulos y darle todo lo que uno tiene y preocuparse. A veces tengo 100% de excelente, eso en la materia. La filosofía es intrínsecamente pedagógica, pero también pasa eso también en las otras materias. La pedagogía debe, como técnica-empírica, agregar algunos medios, pero hay que enseñar mucho la ética de la pedagogía, este amor al Otro como Otro, que significa el amor a la nueva generación como nueva.


Y el discípulo ve inmediatamente al maestro que le tiene respeto y debo decir que, personalmente, lo  que me encanta son los más díscolos, con los pelos parados, pintados de verde, que iban a clases para decir yo soy el crítico, entonces me gusta eso. Entonces yo digo “¿Por qué te pintas? Bueno, porque no quiero ser como los otros”. Entonces lo felicito. Es la primera vez que alguien lo aprueba. A la tercera clase es mi mejor amigo, entonces el hombre empieza a entrar y hasta se deja de pintar el pelo, porque se da cuenta que no es el pelo el problema, sino que ser crítico, y se encuentra con un maestro que es más crítico que él. Entonces dice: “¡Ah tengo que ponerme a ser crítico y no lo era si no en cosas superficiales!”.

Eso es lo que está pasando en Chile, la juventud dice queremos ser distinta, queremos que nos ayuden y el gobierno conservador quiere que cumpla el orden, la ley, lo antiguo y que tenga una educación bancaria. Esta bueno el conflicto que tienen y los jóvenes ya, la nueva generación en todo el mundo, empieza a ser un momento de contradicción porque tienen información desde chiquito. Yo el otro día veía un chiquito que tomaba el celular de su papá y ya lo empezaba a chupar y enseguida empieza a meter los deditos y ve que hay luces. Yo recién a los 45 años empecé a entrar a la computadora, ellos nacieron con eso, tiene una relación completamente distinta, entonces hay que aprovechar.

Eso es la ética, y no hay mucha ética de la pedagogía a veces, y la  ética de la liberación es una ética pedagógica, ahora la filosofía como tal, es una pedagogía de lo crítico, por eso yo digo que la filosofía es una pedagógica a la vez. Pues si la filosofía es propiamente una pedagógica, el filósofo es un maestro ¿De qué? De pensamiento crítico, y la materia es lo que la gente es, y se le agrega criticidad, no se enseña contenido, sino, modo de trabajar los contenidos. Si las categorías permiten formalmente descubrir el modo de trabajar lo que ya tengo puesto, que es mi cultura, mi lengua, mi conocimiento.

Ahora en las técnicas, en la química, en la física, hay que tener muchísimo conocimiento para estar al nivel de la técnica y la ciencia en este momento histórico, pero de todas maneras, el gran matemático, el gran físico, sabe cómo entusiasmar al discípulo para que éste cree nuevo conocimiento y no repita lo que ya sabe, pero eso lo tiene que hacer el que está inventando, no el que está enseñando sólo.

F.C: ¿A su parecer ha habido diálogo entre la Filosofía de la Liberación y las Pedagogías Latinoamericanas? ¿Se podría referir particularmente al diálogo que tuvo usted con Paulo Freire o Iván Illich?

E.D: No conocí personalmente a Paulo Freire y se murió cuando pensábamos hacer un seminario juntos, pero él cada vez me fue apreciando más y me citaba bastante en conversaciones y todo. Lo que yo me di cuenta de inmediato cuando estaba todavía aquí de profesor, que Paulo Freire tenia manejo de algunos filósofos, de Sartre, un poquito de Marx, no demasiado, pero una práctica pedagógica, entonces lo que a mí me interesó fue aclarar sus supuestos filosóficos, y lo que yo hice fue mostrar las meta-categorías que él estaba usando, lo mío es muy complementario y él lo entendió así.


El equipo que está ahora con su herencia y su trabajo, son a veces, como diría yo, muy celosos de la obra de Paulo Freire, no quieren compartir con otros autoría, me tienen  más apartado. Pero la señora de Paulo Freire, que tiene conflictos, hace poco presentó un libro en México y me invitó para estar en la presentación, porque ella sabe que Paulo cada vez me apreciaba más puesto que estábamos en lo mismo. Mi pedagógica es la de Freire pensada filosóficamente, nada más.

Y de Illich igual, ya el año 1968 estando aquí, yo fui a Cuernavaca porque publiqué los 8 tomos de mi tesis de historia en CIDOC[2], que era el centro de estudios de Illich en Cuernavaca, México. Él tenía una hermosa producción, entonces publicó 500 ejemplares de mi tesis,  y son 2200 páginas que es todo el material que yo tenía, del cual yo presenté 3 capitulitos de mi tesis, de historia, pero él me publicó todo. Entonces yo iba a CIDOC y él me  propició muchos cursos que yo di. Ciertamente Illich es un gran creador y ese artículo famoso que yo leí en la revista Esprit en Francia, antes de venirme, que se llamaba “La escuela esa vieja y gorda vaca sagrada”, es un texto tremendo. Illich era una especie de anarquista que no le interesaba el sistema completo, sino los subsistemas, y debo decir que el marxismo tampoco le agradaba a Illich, pero tenía una visión ecológica de la medicina, de la pedagogía como subsistema, extraordinario. Él sabía mostrar como los subsistemas también se fetichizan, entonces la medicina, también hablamos de bioética, también se fetichiza y explota la enfermedad, en vez de sanar está enfermando a la gente, entonces la escuela en vez de educar, está destruyendo la posibilidad de la educación.

Él decía que la escuela era muy cara y podía ser mucho más barata y por eso la escuela “esa vaca sagrada”, pues en la India no se matan las vacas, entonces tampoco se puede matar la escuela, pero él decía, se puede guiar la cosa de otra manera. También hablaba de los medios de comunicación y decía, después del burro, todos los medios de comunicación han sido inútiles, porque ya empiezan a tener distancias irracionales. Si mi trabajo está a 200 metros está bien, si está de 2 kilómetros, el burro me lleva, pero si está más lejos, claro, necesito otro tipo de transporte mayor, ya no he racionalizado la distancia del trabajo y donde vivo, y habría que pensar en acercar el trabajo a donde uno vive, entonces no serían necesarios tantos medios de comunicación que son tan anti-ecológicos y todo, también tiene cosas muy buenas y yo me he inspirado en él.


Por otro lado, he partido de la experiencia de Fals Borda[3] y de las cien mil comunidades de base en Brasil. Éstas últimas representan una revolución pedagógica, porque gente muy simple de pueblo, niños de 12 años, abuelitas que nunca han hablado, y que reuniéndose 20 personas no se animarían a abrir la boca, en las comunidades de base cristianas, tenían que  hablar: “Bueno doña María ¿Qué piensa usted? Bueno yo creo tal cosa”, ¡Ah, está bien! Entonces Pablo y Richard, dicen que alguna vez en la comunidad de base María habló y se puso a llorar. “¿Qué le pasa doña María, por qué llora? Porque es la primera vez en mi vida que he hablado en público y me han dicho que está bien”. ¡Se puso a llorar! Luego había que decir, por favor, vamos a bajar el tiempo, porque ya se entusiasmaba.

Eso que te señaló el Partido Comunista nunca lo había hecho, porque no había llegado a la base-base, era la base obrera, pero no la base popular. Entonces, una vez que la comunidad toma la palabra, pues ya no se la quitan, eso es pedagógico y esa es la pedagogía de Paulo Freire. Por eso surgió en el nordeste y es muy bonita, no sé si tú sabes la anécdota del abogado Paulo Freire: Él estudió abogacía, entonces jovencito tuvo trabajo en una compañía, entonces la compañía exigía el pago de créditos. Como abogado, primer caso, llegó un matrimonio y le dijo: “Tenemos que pagar las cosas pero no tenemos trabajo”, entonces Paulo Freire dice: “Bueno, usted tiene razón, le voy a dar toda la manera de hacer más largo este juicio, para que usted pueda hacer cosas, y voy a darle todas las consignas para que pueda hacerse más largo el juicio”. Entonces Freire, fue y le dijo al jefe de la empresa: “¡Yo no puedo trabajar aquí!”. Así que en su primer caso no pudo ser abogado y se decidió por la pedagogía. Fracasó en el primer caso, porque era un hombre consciente, y se dio cuenta que era injusto hacer lo que le iban a obligar a hacer.

Eso es Paulo Freire, no estudió pedagogía, era abogado y fue por la experiencia en el nordeste en que empezó. Pero eran las comunidades agrícolas que empezaron a luchar para tener un lugar donde enterrar sus muertos, un cementerio. Eso fue el principio de la lucha y después se fue sumando conciencia y se transformaron en las grandes organizaciones campesinas del nordeste, 40 millones de personas, de campesinos que no tienen tierras y son los más pobres de todo Brasil.  Ahí estaba Paulo Freire, fue una experiencia pedagógica a partir de comunidades que aprendieron a hablar y pensar desde el sufrimiento, es la pedagogía de la liberación. Él mismo, expulsado de Brasil fue a Chile y en el 68 escribió la Pedagogía del Oprimido, que no le llamó de la liberación, si no que del oprimido, era como una etapa anterior al tema de la liberación.


En ese momento también Salazar Bondy en Perú, escribió una antropología de la dominación, el aspecto negativo, y justamente leyendo esas cosas aquí en Mendoza, digo si es posible una filosofía positiva y creadora, ya no es sólo viendo la opresión, hay que pensar en cómo salir de la opresión, entonces le llamé Ética de la Liberación, es el tema de la liberación. Por eso creo que Paulo Freire más que un pedagogo que analiza la dominación elaboró un método de liberación.

F.C: Para finalizar ¿Podría puntualizar en un par de elementos críticos emanados desde la Filosofía de la Liberación, con respecto a las pedagogías o sistemas pedagógicos  hegemónicos?

E.D: El método de la Filosofía de la Liberación permite decir, sobre todo a las propuestas pedagógicas que vienen a veces de la UNESCO o de la Organización de los Estados Americanos, -que están dirigidos a reformar las universidades, para articularlas con la empresa y el mercado, y para darle importancia a los estudios técnicos y no humanísticos, porque son críticos e inútiles-, que son pedagogías de la dominación, ya que fetichizan el sistema y lo único que hacen es formar operadores. En la máquina hay que saber dónde se aprieta el botón, pero no se les da la capacidad de hacer un acto distinto. Eso es lo que nos viene desde arriba. EE.UU. y los organismos del Banco Mundial, ponen dinero para hacer más eficaz el sistema, entonces en la Universidad forman técnicos, que conozcan las fórmulas, pero no que creen nuevos modelos, sino que cumplan con lo que se está haciendo.

Yo trabajé en una escuela de diseño industrial y me di cuenta que en América Latina no hay inventores casi, porque si hacen un invento va al archivo de patentes y nadie los realiza. Lo que hacen las empresas es comprar los royalties de los países ya eficaces y los reproducen, no hay creación técnica, lo único que hay es instrucción para manejar eso, y eso es dominación. Esa es la pedagogía que nos imponen, es la pedagogía de la dominación colonial.

F.C:¿Y qué podría plantearnos sobre la necesaria descolonización del currículum?

ED: Lo eurocéntrico hace que las humanidades sean vistas desde la visión Europea y Norteamericana. Cuando recibí el emérito de mi Universidad les dije: Mire, Mario Bunge que es un filósofo, dice “la ciencia inventa, la tecnología se aplica y luego la tecnología se aplica a la economía”. Eso es mentira, eso no es así, es justo a la inversa. Es la economía, en la competencia que necesita mejor tecnología para bajar el valor del producto y competir, es el capital productivo el que paga las nuevas tecnologías para poder aplicarlas. Entonces, los tecnólogos reciben pedidos y luego la ciencia lo que hace es sacar las teorías de esa práctica, es de la astronomía moderna que surge Newton, pero eso surge del comercio naviero que necesitaba dominar la astronomía y eso surge del comercio, el comercio hace las tecnologías de los barco, y de ahí sale la física moderna. No es que la física moderna se aplique a la tecnología, es la tecnología, la producción, es al revés.


Entonces, nosotros a nivel productivo compramos el royalty de la técnica, por ende la ciencia que hacemos está en el aire y los grandes científicos que formamos se van a EE.UU. o enseñan ciencia pero que no se aplica, y en la facultad de ingeniería se enseña a usar la técnica, pero no a inventar, porque no hay ningún empresario que le pague a un técnico para que invente una nueva máquina. Entonces, todos somos coloniales a los tres niveles: económico, tecnológico y científico. Se gasta el dinero inútilmente en la ciencia, no sirve para nada, creemos que teniendo más doctores nos vamos a desarrollar, tenemos que tener producción, tecnología y ciencia, pero como no tenemos lo primero, todo lo demás es falso.

Te cuento que mi hermano es un físico matemático muy importante, está en los comités del Conicet, en todos lados y forma grandes físicos, los pocos que absorbe la universidad son los que quedan, y todo los demás se van a EE.UU., a Alemania, a todas partes, tienen muy buena formación, son argentinos, pero no se pudieron quedar en el país, porque no tenemos tecnología, no tenemos producción. ¿Ves? Es una pedagogía instrumental forma técnicos para  un mundo otro, entonces somos coloniales, epistemológica y tecnológicamente, cómo me gustaría romper eso, con mínimo nacionalismo que para la producción nuestra vamos a incentivar la tecnología nuestra y para resolver los problemas distintos que tenemos, y ahí sí poner el dinero. El que hizo eso fue Corea del Norte, y tenía una dictadura, y dijo vamos a desarrollar 5 o 6 líneas de la tecnología: electrónica, automóviles, etc., y pusieron dinero y técnicos y desarrollaron, y cuando tenían bien desarrollado abrieron las fronteras al mercado y por eso han resistido. Tienen buenos autos, buena tecnología, buena electrónica y compiten. Ellos  han tenido una política industrial y entonces tecnológica, entonces científica, entonces si a la ciencia se le puedes dar sentido crítico, a la pedagogía también. Ahora bien, eso no es lo que nos imponen los grandes organismos y tampoco nos dan dinero para eso.







[1] El autor se refiere a la conferencia “La filosofía política actual en América Latina”, dictada el 02 de Noviembre del año 2012 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo, Mendoza, Argentina. http://www.youtube.com/watch?v=cBKIyXUmEbk
[2] Centro Intercultural de Documentación, CIDOC, fundado en 1961 por Iván Illich.
[3] Dussel se refiere a la obra del colombiano Orlando Fals Borda, fundador de la Sociología de la Liberación y de la Investigación Acción Participativa.   

Fonoaudiología en y para la educación: cambiando la concepción del otro


Daniela Alejandra Moya Olave
Fonoaudióloga, con estudios de Magíster en Potenciación de Aprendizajes

I. El fonoaudiólogo es invitado a la tarea educativa:

Actualmente la formación de profesionales en fonoaudiología se fundamenta en una concepción mayoritariamente tecnocientífica, muy cerca o derechamente al interior de las ciencias de la salud, opción que podríamos ubicar en el marco del paradigma etic[1]. En este contexto, el énfasis y las preocupaciones teórico-prácticas de la profesión se sitúan en y desde el déficit, muchas veces desde una perspectiva cuantitativo-objetivista. Paralelamente, se postula que el sistema escolar y las escuelas deben brindar apoyos a todos los estudiantes, en especial a quienes presenten mayores dificultades o carencias[2]. Es en este contexto hegemónico donde se visualiza sin mayor cuestionamiento -sin siquiera reconocer la necesidad de cambio- la actual labor del fonoaudiólogo.


A partir de este antecedente se levanta la presente reflexión: desde la necesidad/posibilidad de reformular esta mirada y de cambiar los paradigmas que sustentan la visión de la fonoaudiología. La manera en que se comprenda el concepto de diversidad, postulamos acá, sienta las bases posteriores para todo un actuar renovado pedagógica y epistemológicamente asumido por parte de los fonoaudiólogos.

Partamos de la base que, debido a diversos cambios acaecidos en la educación durante los últimos años, el profesional de la fonoaudiología ha llegado a formar parte importante de un equipo multidisciplinario que opera dentro de las instituciones educativas en pos del mejoramiento de la calidad de la enseñanza. Tal como se plantea en el informe final del Foro Mundial sobre la Educación[3], realizado en Dakar, 2000: “todos los niños tienen derecho a una educación común en su localidad, independientemente de su contexto, su rendimiento o su incapacidad”. Si bien esta mirada no deja de estar dentro de la noción homogeneizadora de las dificultades, permite fundamentar la existencia y presencia de diversos profesionales que apoyen los procesos educativos. Los Programas de Integración Escolar (PIE), de hecho, consideran a este profesional para trabajar ciertas Necesidades Educativas Especiales (NEE), por lo que su rol se ha constituido en la actualidad como un elemento importante dentro de los procesos educativos de calidad. Adicionalmente, podemos reconocer que el fonoaudiólogo aporta una mirada profesional relevante también en los procesos mayores de integración y exclusión en el aula, a partir de su aporte en los procesos diagnósticos, procesos que definen científicamente quién entra o sale, el status de quien ingresa y de quien sale del aula y de la escuela.

De este modo, el tan recurrente término de “atención a la diversidad” es lo que ha permitido que esta profesión se integre a equipos de trabajo multidisciplinarios dentro de los contextos educativos. Sin embargo, la formación cuantitativa que posee la disciplina y, quizás, su relativa distancia de reflexiones pedagógicas de corte crítico-constructivistas podrían ser la causa de una comprensión y abordaje de la diversidad de bajo impacto transformador por parte del fonoaudiólogo. En otras palabras, es factible que la fonoaudiología esté entrabada en la labor de abordar auténticamente la diversidad si no ha hecho -o no hace- una reflexión profunda de lo que implica esta “atención a la diversidad”. Esto es relevante si pensamos que hay autores que nos permiten cuestionar aquellas formas de “atención a la diversidad” basadas excesivamente en el control y la objetividad[4].


Pensemos, de momento, que la finalidad de una intervención educativa cualquiera es atender a las necesidades educativas de niños, niñas y adolescentes para, así, promover el crecimiento personal de los beneficiarios[5]. De este modo, se busca generar igualdad de oportunidades, desde la valoración de las diferencias existentes en cuanto seres humanos complejos y originales. Así, Oliver (2003) llega a  plantear que solo desde una aceptación y valoración de las diferencias se puede llegar a una enseñanza centrada en el sujeto en formación. Si bien esto se relaciona con pedagogía -como saber especializado en educación- es transferible a todo proceso educativo, especialmente a todos quienes trabajan en educación; por ello, sus postulados son considerados para el posterior análisis de la disciplina de la fonoaudiología en contextos educativos.

II. El fonoaudiólogo es interpelado a cambiar sus paradigmas:

¿Pero qué o cómo mirar para pensar de otro modo? Quizás, tal como lo plantea el fonoaudiólogo argentino Carlos Skliar[6], la Educación Especial -fuertemente relacionada con la realidad fonoaudiológica- utiliza conceptos como “normalidad” para, de alguna forma, ordenar y clasificar aquello llamado anormalidad. Así, el concepto de normalidad va ligado con la posibilidad de considerar a otros como “anormales”. ¿Qué se entiende, entonces, por anormal?, ¿Será simplemente no ser igual a otro? Esta concepción de normalidad se relaciona directamente con el paradigma terapéutico, de racionalidad tecno-instrumental, presente incluso en la disciplina aquí presentada.


Pareciera que se requiere de “anormales” para fundamentar las prácticas terapéuticas de la fonoaudiología. Desde el paradigma cuantitativo y hegemónico es posible clasificar lo normal y anormal, de modo de poder intervenir sobre éste último. Lo anterior ha traído por consiguiente la necesidad de anormalizar todo, de volver patológico al otro, al que yo atiendo; y, a su vez, de cuestionar qué es lo normal, de tener el poder de decir y decidir quién es normal.

Lo que se desea enfatizar aquí es que la forma en que cada persona –y profesional- construya el concepto de diversidad permitirá reformular –o no- las convicciones frente a la visión del otro. El mencionado autor Skliar relata que la forma cómo se ha construido a los diferentes en la escuela y la sociedad, desde una lógica peyorativa, minimizadora, asistencialista y dicotomizadora, entrega la respuesta para modificar la concepción negativa de ellos: las diferencias sólo son diferencias. Al comprenderlo de este modo se puede aprender a visualizar al otro con respeto y valorarlo tal cual es: “Las diferencias nos constituyen como humano”.

Por su parte, Molina[7], dentro de su análisis cultural de las diferencias, menciona que una mirada monocultural de la educación rompe las raíces de la solidaridad social, especialmente cuando se niega la subjetividad de las personas y las distintas formas de ser, en aras de una verdad universal, de una única y legitima forma de ser y estar. Todo lo anterior va directamente relacionado con la realidad en la formación profesional del fonoaudiólogo, pues, tanto los procesos evaluativos lingüísticos como las prácticas de intervención sitúan su foco en lo diferente y en lo aislado de la norma (establecida por test estandarizados, obviando la diversidad existente y natural del ser humano).


Esto es lo que debe cambiar: la concepción del otro y la valoración de las diferencias, desde una mirada monocultural a una multicultural. De esta forma, la práctica fonoaudiológica podrá situarse en todo ámbito, no solo desde lo que se considera alteración, sino que potenciando a todos y todas, desde la base de la realidad de cada persona, con sus características personales y, desde allí, diseñar y situar los apoyos, ya sean pedagógicos u otros. Etiquetar al otro debe dejar de ser parte esencial de la labor profesional, pues, tal como Skliar menciona: se etiqueta al diferente atribuyéndole aspectos físico-sociales negativos… y es esto lo que debe modificarse.

III. Atención a la diversidad desde la realidad nacional:

La atención a la diversidad se ha centrado en atender a los diferentes y la actual visión de los PIE ha sido buscar la normalización de los estudiantes. Sin embargo, sabemos que la heterogeneidad es altamente valorada desde un punto de vista ético y social, pues, desde allí se aprende a respetar al otro en su individualidad. No estamos aquí cuestionando el real apoyo a los estudiantes desde los PIE dado que, efectivamente, han sido positivos, pero se busca una modificación en la comprensión del concepto diversidad desde la idea de la no-normalización, siendo este último aquel aspecto que se vincula sensiblemente con la labor fonoaudiológica aquí analizada. Una autora española, María del Carmen Oliver, también menciona que el desempeño de los profesionales de apoyo en educación generalmente se despliega en diversas instituciones, simultáneamente, lo que dificulta una tarea continuada y profunda de atención a la diversidad[8]. Por lo tanto, el cuestionamiento y el aporte de esta disciplina abarcan incluso las políticas nacionales en relación a los apoyos que brindan los profesionales de ciencias auxiliares a la pedagogía. En Chile, mediante Decretos de Educación y Leyes de Inclusión Social[9], se han postulado cambios educativos en la forma de concebir los procesos pedagógicos y sociales. Sin embargo, en muchos casos, no han tenido el impacto necesario, pues, no han reformulado la concepción del otro desde su base.


¿Cuál es la realidad?, ¿la realidad es solo una? Sabemos que la realidad social se construye y que tiene alta dependencia/influencia de los actores que la construyen. Así, el rol de todo profesional relacionado con el ámbito educativo (y de todo ser humano que forme parte de estos procesos) es fundamental. Es posible construir una realidad que valore la diversidad y que no la cuestione, y sobre todo que no le otorgue una connotación peyorativa. Y las interpretaciones de esta realidad son subjetivas, por lo tanto, la visión desde las disciplinas que orientan su trabajo con personas, también debe considerarla así. El conocimiento no es objetivo, pues, las interpretaciones son individuales, así como los valores son relativos y situados. La fonoaudiología presenta hoy una epistemología clásica centrada en la ciencia y el conocimiento objetivo, es decir, en resultados científicos que avalan la verdad siendo los únicamente válidos. Claramente aquí debe existir una modificación en la comprensión de la realidad.

Lo anterior fundamenta la concepción de diversidad que aquí se desea plasmar, aquella concepción que debe estar a la base de la formación de profesionales que se desempeñan con personas: no hay una verdad, no hay una sola respuesta; hay interpretaciones, hay valores y hay variabilidad. Cada sujeto es un ser individual y no puede ni debe existir un método único, un valor único o una sola respuesta. La diversidad es para todos, es de todos, pues, todos somos diversos. La diversidad no es de quien ha sido diagnosticado con una NEE. La diversidad está presente en todo ser humano. Este cambio de paradigma y de comprensión, pasando de una mirada etic a una emic, es la que debe formar parte del sustento tanto teórico como valórico de los profesionales que se desempeñan en educación y en otras áreas.


En relación al paradigma previamente mencionado, emic, es importante relacionarlo con la postura aquí planteada desde la labor fonoaudiológica. Este paradigma se basa en enfoques prácticos y críticos, incluyendo una mirada comprensiva, interpretativa y transformadora de la realidad, la cual se concibe como dinámica y múltiple y con un fuerte componente reflexivo y crítico. Es este el sustento ideal de un profesional que se desempeña con personas y más aún en contextos educativos. Comprender y transformar deben constituirse en dispositivos centrales en el quehacer cotidiano, la mirada del otro debe conllevar esta comprensión de la realidad, siempre desde lo crítico y con finalidad transformadora. La diversidad tiene un rol transformador en la convivencia con otros y en la escuela como espacio formativo. Tal como menciona Bazán y Manosalva[10], se requiere una transformación en la escuela, pues, se mantienen modelos de intervención centrados en el individuo y no modelos que transformen instituciones. Esto se relaciona directamente con la labor fonoaudiológica, en donde claramente el énfasis está en el individuo, pero no en una transformación más integral de este y con escasa consideración de aspectos del medio social y cultural.

El fonoaudiólogo, si bien no está formado en ámbitos pedagógicos, cuando se desempeña en espacios educativos debe responsabilizarse por ello y formarse en estos aspectos débiles por su formación profesional de base. Posee un rol trasformador, al igual que los profesores y directivo-docentes, por lo que debe profundizar en los aspectos aquí planteados, modificando la base de su comprensión del otro, comprendiendo ampliamente conceptos como la diversidad, pues, su labor no es menor frente a la tarea educativa, sino que es un agente de cambio que debe comprender las finalidades de la educación[11]. Se debe concebir la diferencia como un derecho, y no se debe buscar modificarla y normalizarla, sino que potenciarla siendo siempre un guía y mediador entre esta y los procesos de aprendizaje. La heterogeneidad debe valorarse y respetarse, toda vez que enriquece todo proceso social y cultural.


Lamentablemente, en ocasiones, pareciera ser que la labor del fonoaudiólogo es homogeneizar y movilizar a la persona hacia la normalidad (ya cuestionada previamente). Esta visión también debe cambiar y parte este cambio a partir de la reflexión que se haga de los fines de la profesión en los contextos educativos. En este sentido, la finalidad de los procesos de intervención debiera estar relacionada con entregar oportunidades que le permitan a los otros mayor autonomía, apoyar en sus procesos de aprendizajes, pero no en comparación con otros, no buscando que se asemeje a un promedio, sino que dentro de su propia realidad facilitar las oportunidades de autonomía y aprendizaje.

IV. “El regreso del fonoaudiólogo”:

Actualmente las instituciones escolares tienden a convertir las diferencias en desigualdades. Por ello, el concepto de diversidad debe tener una connotación positiva y sobre todo natural, dejando de atribuirle aspectos negativos o “anormales” a los otros, los mal llamados “diversos”, “diferentes” o “especiales”. La diversidad se debe vivir como aquella actitud enriquecedora y creadora de matices, de ambigüedades, de tonos, de formas nuevas. Esta comprensión debe formar parte de la formación de todo profesional que pudiera desempeñarse en ámbitos educativos.

Buscar la normalización desde la base de nivelar o igualar a los estudiantes no debe ser el interés en el quehacer profesional. Se requiere modificar la concepción actual del otro en el ámbito fonoaudiológico. No debe mantenerse el foco en las dificultades ni debe considerarse la diversidad desde aquello que no es igual a un común. Gracias a modificaciones en el ámbito educativo cada vez nuevas disciplinas se integran al ámbito educativo, sin embargo, este cambio solo será fructífero cuando la formación profesional constituya realmente las bases de la comprensión de la diversidad, desde paradigmas emic y desde la valoración del otro.


El rol profesional no se reduce a lo escolar, eso lo sabemos bien, sino que integra un rol transformador como agentes de cambio social, como facilitador y mediador de los aprendizajes. Allí se encuentra su cimiento y no en la búsqueda de nivelar o normalizar a otro desde un paradigma cuantitativo. El paradigma etic, desde lo sociocrítico y transformador, menciona la importancia de la identificación del potencial de cambio, es decir, visualizar al aprendiz como un sujeto que puede aprender y que puede potenciar diversas habilidades. La potenciación de habilidades lingüísticas debe desarrollarse desde el mismo sustento teórico, para así modificar la comprensión actual de las diferencias y del otro; y sobre todo para reformular las bases en que fundamenta sus procesos de intervención, especialmente cuando se desempeña en contextos educativos. De ser así, un nuevo y más potente fonoaudiólogo se está formando…

Referencias:

1.     Bazán, D. (2008). El Oficio del Pedagogo. Rosario: Homosapiens.
 2.   Bazán, D. y Manosalva, S. (2008). “De la diversidad controlada a la diversidad sociocrítica”. En: Bazán, D. (2008). Op. Cit., para comprender en profundidad aspectos relacionados al rol de la escuela y sus componentes estructurales.
 3.Bazán, D. y Manosalva, S. (2014). “!Viva la diversidad¡ Notas ético-sociales para detectar un discurso poshegemónico de las diferencias. Revista Virtual Émica, UAHC, enero de 2014. En: http://revistaemica.blogspot.com/2014/01/viva-la-diversidad-notas-etico-sociales.html
 4.    Decreto de Educación N° 170 que “Fija normas para determinar los alumnos con necesidades educativas especiales que serán beneficiarios de las subvenciones para educación especial”.
 5.  Ley de Inclusión Social 20.422 que “Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad”.
 6. Molina, F. (1992). Sociología de la educación intercultural: vías alternativas de investigación y debate. Universidad Lleida. Buenos Aires/México: Grupo editorial Lumen Humanistas.
 7. Oliver, M.C. (2003). Estrategias Didácticas y organizativas ante la diversidad. Dilemas del profesorado. Barcelona: Octaedro.
 8.  Pupuelo, M.; Rondal, J. y Wiing, E. (2005). Evaluación del Lenguaje. Barcelona: Masson.
 9.  Skliar, C. (2005). “Juzgar la normalidad, no la anormalidad. Políticas y falta de políticas en relación a las diferencias en educación”. Paulo Freire, Revista Pedagógica crítica. UAHC, N° 3.
 10. Trilla, J. (Coord.) (2007). El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI. Barcelona: Ed. Graó.
 11. UNESCO (2000). Informe Final: Foro Mundial sobre la educación. Dakar, Senegal.



[1] Para profundizar en esta concepción se sugiere revisar: Bazán, D. (2008). El Oficio del Pedagogo. Rosario: Homosapiens.
[2] Pupuelo, M.; Rondal, J. y Wiing, E. (2005). Evaluación del Lenguaje. Barcelona: Masson.
[3] UNESCO (2000). Informe Final: Foro Mundial sobre la educación. Dakar, Senegal.
 [4] Cfr. Bazán, D. y Manosalva, S. (2014). “¡Viva la diversidad¡ Notas ético-sociales para detectar un discurso poshegemónico de las diferencias. Revista Virtual Émica, UAHC, enero de 2014. En: http://revistaemica.blogspot.com/2014/01/viva-la-diversidad-notas-etico-sociales.html
[5] Planteamientos que profundiza María del Carmen Oliver Vera, en el capítulo 2: “La atención a la diversidad como principio educativo”. En: Oliver, M.C. (2003). Estrategias Didácticas y organizativas ante la diversidad. Dilemas del profesorado. Barcelona: Octaedro.
[6] Ver: Skliar, C. (2005). “Juzgar la normalidad, no la anormalidad. Políticas y falta de políticas en relación a las diferencias en educación”. Paulo Freire, Revista Pedagógica crítica. UAHC, N° 3.
 [7] Cfr. Molina, F. (1992). Sociología de la educación intercultural: vías alternativas de investigación y debate. Universidad Lleida. Buenos Aires/México: Grupo editorial Lumen Humanistas.
[8] Esta es la realidad de los profesionales fonoaudiólogos que actualmente se desempeñan en educación, en especial en instituciones municipales, pues, deben distribuir su jornada en distintas escuelas, interrumpiendo el seguimiento diario y apoyo permanente a los estudiantes que requieren más apoyo.
 [9] Ver: Ley de Inclusión Social 20.422 que “Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad” y Decreto de Educación N° 170 que “Fija normas para determinar los alumnos con necesidades educativas especiales que serán beneficiarios de las subvenciones para educación especial”.
[10] Ver: Bazán, D. y Manosalva, S. (2008). “De la diversidad controlada a la diversidad sociocrítica”. En: Bazán, D. (2008). Op. Cit., para comprender en profundidad aspectos relacionados al rol de la escuela y sus componentes estructurales.
[11] Se sugiere revisar autores tales como Pestalozzi, Maturana y Freire para profundizar en relación a finalidad de la educación. Cfr. Trilla, J. (Coord.) (2007). El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI. Barcelona: Ed. Graó.